En las últimas semanas ha pasado por los medios de comunicación autoridades políticas de todos los colores destacando que debemos comprar en el comercio local. José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que declaraba que es una “necesidad imperiosa” que vayamos a comercios de barrio. Poco después, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, hacía declaraciones públicas similares y animaba a sus convecinos a no comprar en Amazon. Esta posición fue sostenida también por Anne Hidalgo, alcaldesa socialista de París.
Son muestras de una tendencia relacionada con la emergencia sanitaria. La escala de lo local recobra importancia por diversos motivos, de los cuales el más evidente está en las limitaciones extraordinarias a la movilidad. En los últimos meses, la proximidad ha sido una de las claves de las redes de apoyo comunitarias e institucionales que han impulsado repartos de alimentos, ayuda a personas dependientes, prevención de violencia de género en hogares confinados, etc.
Un segundo motivo de este retorno a lo local tiene que ver con la debilidad de la cooperación entre países durante la crisis. Ante un problema indiscutiblemente global, nos hemos encontrado con respuestas de aislamiento político de los estados, el cierre de fronteras y un incremento de disfuncionalidad de las instituciones multilaterales. El alcance sistémico del escenario COVID-19 parece deberse más a la deficiente gobernanza de la pandemia que al patógeno mismo.
Todo ello ha incrementado el protagonismo de las administraciones públicas más cercanas a la población: el problema global ha exigido respuestas locales. Se rescata el viejo eslogan.
Con todo, por lo que vemos, las medidas de las administraciones locales se caracterizan por su carácter paliativo. Las políticas de cobertura sanitaria, protección social, ayudas a sectores económicos y al empleo son altamente demandadas y sin duda esenciales. Junto a estas medidas urgentes, los gestores locales tienen ante sí la oportunidad de repensar las estrategias territoriales de desarrollo, aprendiendo de lo sucedido en este funesto 2020, y alejando la visión de la crisis actual como un episodio puntual. Algo que pasa una vez en la vida, pero esa tesis que parece demostrarse infundada.
Mucho se ha hablado este año sobre las estrechas relaciones que hay entre el modelo global de explotación de los recursos naturales, el cambio climático y la aparición de brotes pandémicos. Estos aparecen con cierta frecuencia (cinco en los últimos 20 años), aunque desde el VIH-SIDA ninguno había afectado tanto a los países más desarrollados. Se ha subrayado que la génesis de una pandemia como la del coronavirus no era un acontecimiento imprevisto, al igual que ya se identificado la necesidad de crear una fuerza de choque internacional antipandémica.
Hemos comprobado en primera persona que los pronósticos eran ciertos y el brutal impacto colateral en la economía, el empleo y el bienestar social del virus. La pregunta es: ¿esta experiencia nos llevará a cambiar nuestros hábitos de producción y consumo? Así reflexionaba Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Veamos el caso de los sistemas alimentarios, hoy altamente industrializados.
Estamos ante cadena de producción-consumo-residuos que está entre las que más inciden en el cambio climático y la degradación del medio ambiente. Así lo afirma la Red de Ciudades por la Agroecología, que destaca el potencial de comunidades y gobiernos locales para cambiar esta lógica con medidas de planificación territorial y participación ciudadana. Esta observación, compartida por la Comisión Europea y concretada en la estrategia De la granja a la mesa del Pacto Verde Europeo, y por Naciones Unidas en la Nueva Agenda Urbana, conduce a la idea de transición entre sistemas alimentarios con un rol protagonista del territorio.
En 2015, una convención de alcaldes lanza el Pacto de política alimentaria urbana de Milán que plantea un cambio sistémico que, de manera resumida, está orientado a
Más de 200 ciudades del mundo son firmantes del Pacto y sus objetivos cobran mayor pertinencia a la luz de la experiencia COVID-19. Este acuerdo es un reflejo más del interés creciente que han mostrado los gobiernos locales en los hábitos de producción y consumo alimentario –interés que ha crecido durante la crisis. Huertos urbanos y escolares, agricultura ecológica, recuperación del cultivo de especies endógenas, certificaciones de origen, son tendencias en el ámbito de la producción. Mercados de productores ecológicos, valorización del producto de cercanía y temporada, cooperativas de consumidores, son algunas de las preferencias que se observan en el ámbito del consumo.
Los gobiernos locales están cada vez más presentes en este ciclo de la alimentación, cediendo terrenos, promocionando a productores locales, facilitando espacios de venta o apoyando campañas de nutrición saludable. Estas son algunas de las acciones que promueven distintas áreas de los gobiernos locales, que dan respuesta a demandas sectoriales en ámbitos como la educación, la producción, el comercio, la salud o el planeamiento urbano.
El contexto permite proponer un objetivo político compartido: dar continuidad de esta tendencia de cambio, reforzándola con visiones estratégicas más sólidas que tiendan a Sistemas Alimentarios Territorializados. Necesitamos conectar a consumidores, productores, distribuidores y autoridades locales, junto con otros agentes, para concretar pasos hacia una alimentación basada en la cercanía, sostenibilidad, inclusión, participación y justicia alimentaria.
Todo cambio en las lógicas de desarrollo tiene ante sí un reto inicial: definir quiénes serán los agentes que lo impulsen y cómo se alcanzan los consensos sociales que lo legitimen. La transición hacia un modelo de alimentación con un fuerte sustento en lo local requiere en primer lugar deconstruir la cultura precedente. Durante décadas se ha considerado a la comida procesada e industrial como paradigma de modernidad. Igualmente hay que afrontar el hecho de que los sectores sociales con menos renta encuentran en los alimentos ultraprocesados un acceso más económico a las calorías diarias.
Mediante procesos participativos e inclusivos podemos abrir paso a nuevos imaginarios en torno a los alimentos que prioricen la salud, la sostenibilidad, la cercanía, la trazabilidad y la estacionalidad. Y buscar los mecanismos para un acceso igualitario a los alimentos con estas características.
Para todo lo anterior, y desde la óptica de los gobiernos locales, se pueden aplicar medidas que impulsen una alianza social extensa por la transición hacia un sistema alimentario territorializado:
Estos pasos nos pueden acercar a la transición hacia un modelo de alimentación que ofrece salud y solidaridad intergeneracional. Se trata de un reto tan necesario como innovador, cuyo abordaje seguramente dará lugar a errores e imprevistos que habrá que analizar y corregir. Lo que nos jugamos hará que el esfuerzo merezca la pena.
En próximos días Coglobal y el Ayuntamiento de Alcorcón darán inicio al proyecto Comer Local. Este proyecto cuenta con la cofinanciación y la colaboración de la Fundación Daniel y Nina Carasso y tiene por objetivo el establecimiento de mecanismos inclusivos de participación ciudadana para favorecer un sistema local de alimentación saludable y sostenible. Con Comer Local queremos propiciar un contexto favorable para una gobernanza de sistemas de alimentación sostenible a partir de la promoción la participación ciudadana y el diálogo de agentes sociales y económicos, en los cuales se reconozca y fortalezca el rol de la ciudadanía para reorientar los modelos de producción y consumo hacia un sistema más sostenible.
Fortalecer la democracia es una tarea urgente para la que necesitamos sumar fuerzas. Coglobal pone toda su energía en impulsar la transición hacia una democracia más participativa, experimentando con prácticas de participación en busca de fórmulas eficientes y replicables, poniendo el foco en la inclusión de los sectores de población tradicionalmente excluidos de las decisiones políticas. ¡Colabora para hacerlo posible!
Andrés Falck noviembre 25th, 2020
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Etiquetas: Agenda local, Alimentación, Clima, Comer local, Consumo responsable, Covid 19, Medio ambiente, Salud
Desde las redes de economía alternativa y solidaria, se está lanzando una invitación para la presentación de artículos en un dossier tiene como objetivo compilar contribuciones que amplíen el debate sobre las otras economías desde una perspectiva de género y feminista, sobre todo, poniendo luz a las experiencias de las mujeres (rurales y urbanas). Se invita a investigadoras/es y profesionales a documentar experiencias de organización sustentable y reproducción de la vida desde una perspectiva de género y feminista, profundizando el análisis de la interacción entre diferentes relaciones de poder – fundamentadas en la clase social, en el género, así como en la raza, etnia, etc. – que estructuran esta reproducción.
Presentación de la convocatoria
Las relaciones sociales de producción y reproducción son partes indisociables de la reproducción de la vida. Para (re) pensarlas, es necesario reconocer que no responden a lógicas, racionalidades e intereses estrictamente capitalistas y mercantiles. Este ha sido uno de los ejes de cuestionamiento a la teoría económica hegemónica, cuyos cánones se constituyen en marcos capitalistas, patriarcales y racistas de construcción de pensamiento y de estructura simbólica.
El desafío de comprender las relaciones económicas sigue paso a paso con el desafío de deconstrucción del modelo capitalista-patriarcal-racial de economía, cuestionando sus presupuestos teóricos, los conceptos y categorías, su enfoque metodológico y sus indicadores. Se sitúa en el centro del análisis la urgente y difícil tarea de reconocer otras formas de economía, otras racionalidades e intereses que orientan las relaciones de producción y reproducción. Además, es importante reconocer que hay otros sujetos sociales históricamente invisibilizados y no reconocidos como sujetos productivos que sin embargo son fundamentales para la sustentabilidad y reproducción de la vida.
El modelo hegemónico de economía sólo reconoce un modelo de sujeto social (estandarizado) como el hombre, blanco, joven, heterosexual, machista, individualista y consumista – HBJHMIC como el sujeto económico o principal agente económicoi. Es a partir de este HBJHMIC que toda la sociedad debe satisfacer sus deseos y orientar la satisfacción de sus necesidades (tanto en la producción como para su reproducción).
Hay otras cuestiones centrales que atraviesan este modelo, como: i) Centralidad de las acciones para la reproducción del capital y no de la vida; ii) Ocultamiento de todas las actividades que son vitales para la reproducción de la vida y de las relaciones de interdependencia de éstas con la producción y la naturaleza. La mayoría de las actividades de reproducción están bajo la responsabilidad de las mujeres y se dan como parte de la naturaleza femenina, como por ejemplo: parir, cuidar, alimentar, limpiar, amar, educar. Más allá de esas, todo un conjunto de actividades que también se sitúan en este campo simbólico, como las actividades de cultivo y crianza de animales que las mujeres rurales desarrollan alrededor de sus casas y, que son consideradas una extensión del trabajo doméstico, siguen invisibles; iii) Mercantilización y creciente financiarización de la naturaleza y uso intensivo de los recursos naturales de forma insostenible; iv) Violencia patriarcal sobre todos los demás que no sean el HBJHM, como las mujeres, las poblaciones tradicionales, las poblaciones LGBT y la destrucción acelerada de la naturaleza y de la vida no humana; v) Idea de trabajo solamente como aquellas actividades que generan valor de cambio, dejando fuera del análisis un conjunto diverso y complejo de actividades que son fundamentales para la reproducción de la vida y del sistema; v) individualismo y consumismo dictando los modelos de sociabilidad; entre otros.
En este marco, la economía feminista -en diálogo con otras corrientes disciplinarias y otras economías (economía solidaria, economía política, economía ecológica…)- contribuye a un análisis de género de la producción y de la reproducción social. Se trata de importantes cuestiones de análisis y problematización del modelo hegemónico capitalista y patriarcal, que permiten establecer formas social y ecológicamente más sustentables de reproducción de la vida.
Son instrumentos de análisis teórico, problematización política y cuestionamiento de la realidad social marcadas por relaciones desiguales de poder (aquí destacamos las relaciones de género, clase, raza, etnia y generacionales en una perspectiva interseccional) que se entrelazan para apuntar nuevos caminos y posibilidades para la construcción de otros modelos de sociedad, desarrollo y economías.
Distintas realidades locales, regionales, territoriales e incluso globales, experiencias vividas, nos ofrecen nuevas cuestiones para pensar la economía y la reproducción social, tomando en cuenta la acción de las mujeres (rurales, urbanas, indígenas, jóvenes, negras, trans, etc.) en lo que podemos denominar de otras economías. Para nuevas cuestiones que surgen desde procesos históricamente invisibilizados, necesitamos nuevas lentes. Se hace necesario crear otros instrumentos para comprender y transformar la realidad de opresión y pobreza de gran parte de la población, sobre todo de mujeres que son excluidas del modelo hegemónico de economía y de riqueza.
Por lo general, los movimientos -como la economía social, la economía solidaria o la agroecología- que adoptan esta visión, se concentraron inicialmente en el conflicto capital-trabajo, más tarde ampliado al conflicto capital-vida. Las relaciones de género fueron generalmente colocadas en el segundo plano de la reflexión y de la acción. Sin embargo, no sólo la reproducción biológica, sino también la reproducción social, es un rol fundamental de las mujeres. En Brasil, por ejemplo, el debate sobre economía solidaria se ha concentrado en la autogestión de los trabajadores en emprendimientos de economía solidaria, dejando en la sombra la división sexual del trabajo en esas organizaciones y en la esfera doméstica y comunitaria. También en Brasil, las mujeres tuvieron que luchar dentro del movimiento agroecológico para que el valor del trabajo y de los conocimientos de las agricultoras fuera reconocido. Cuestiones como trabajo, división sexual del trabajo, relaciones de género, mercados, valor y precio (del trabajo y de las mercancías), participación política, prácticas solidarias, reciprocidad, nuevos patrones de consumo, canales de comercialización, nuevos sujetos políticos, producción para la vida y el bien vivir, nuevas relaciones entre las personas y con la naturaleza y el reconocimiento de la interdependencia y de la ecodependenciaii, cambian radicalmente nuestra mirada sobre la realidad y conducen a nuevas posibilidades de acción política.
Según las relaciones de género que han sido o no debatidas en los movimientos sociales, la acción pública integró o no la cuestión en sus categorías y en las políticas. En Brasil, por ejemplo, una serie de acciones afirmativas, construidas en diálogo con los movimientos sociales, e inspiradas en las contribuciones de la economía feminista y solidaria, fueron incorporadas en diferentes instancias gubernamentales. De ese proceso resultaron políticas y programas dirigidos a la garantía y ampliación de derechos de las mujeres rurales y urbanas. Sin embargo, este marco institucional se encuentra amenazado en la actual coyuntura política. En Bolivia, las mujeres campesinas e indígenas de la confederación histórica «Bartolina Sisa» enfrentan dificultades para definir una agenda propia y, aun cuando asumen posiciones en el gobierno, ayudadas por la ley de paridad de género, sus posibilidades de desarrollar sus propias acciones son limitadas. En la periferia de Buenos Aires, las trabajadoras de los centros comunitarios, que se organizan colectivamente para cuidar a los niños mientras sus padres están lejos de casa, son mujeres de esos barrios, cuyo trabajo es en gran parte no remunerado. En 2015, la organización Inter Redes, que articula estos centros, presentó el Proyecto de Ley de Trabajadores Socio-comunitarios de la Provincia de Buenos Aires, que defiende un sueldo y la garantía por el Estado de sus derechos para estas trabajadorasiii. La perspectiva de género en las organizaciones de la sociedad civil y en las políticas en favor de la Otra Economía puede encontrarse en todos los países de la región y más allá de ella.
Este dossier tiene como objetivo compilar contribuciones que amplíen el debate sobre las otras economías desde una perspectiva de género y feminista, sobre todo, poniendo luz a las experiencias de las mujeres (rurales y urbanas). Como esta cuestión ha sido a menudo invisibilizada en las categorías políticas y en los conceptos académicos, ese dossier va a priorizar los abordajes vinculados a las prácticas cotidianas, en las «pequeñas revoluciones o prácticas de insubordinaciones sistémicas»iv. Así, invitamos a investigadoras/es y profesionales a documentar experiencias de organización sustentable de reproducción de la vida desde una perspectiva de género y feminista, profundizando el análisis de la interacción entre diferentes relaciones de poder – fundamentadas en la clase social, en el género, así como en la raza, etnia, etc. – que estructuran esta reproducción. Puede darse prioridad a uno o más de los cuatro aspectos siguientes de reflexión.
1. ¿En qué medida las relaciones de género estructuran las prácticas de solidaridad en las otras economías? ¿Existen diferencias entre los tipos de espacios y relaciones sociales construidas por mujeres y por hombres? Las desigualdades de género, en particular en la asignación del trabajo doméstico y de cuidado a las mujeres y en el control de su movilidad, tienden a limitar su participación en espacios fuera de la casa. ¿Cuáles son las condiciones materiales, subjetivas e ideológicas para que las mujeres desarrollen prácticas solidarias? ¿Qué tipos de colectivos (mixtos o no), qué niveles de organización (de base, redes…) y qué alianzas estratégicas (con ONGs, movimientos sociales, universidades…) son necesarios? ¿Qué rol desempeña la participación y la argumentación pública, pero también las emociones y los afectos en la formación de los espacios de las mujeres? ¿Cuáles son las dificultades e incluso los conflictos internos? ¿En qué condiciones las diferencias entre mujeres, según su clase social, identidad racial o étnica, u orientación sexual, y las desigualdades entre hombres y mujeres, en colectivos mixtos, pueden ser superadas?
2. ¿Cuáles son las experiencias de visibilidad y de valorización, simbólica o monetaria, cualitativa o cuantitativa, de trabajo y de los conocimientos de las mujeres en las otras economías? ¿Cuáles son las dimensiones ocultas de la reproducción de la vida (alimentación, cuidado de las personas, de la naturaleza, etc.) y de su relación con la producción que estas experiencias evidencian? ¿Cuáles son los nuevos debates, políticos o científicos, la visibilidad y valorización del trabajo y de los conocimientos de las mujeres provocan? ¿Qué cambios personales y colectivos ocasionan, en las representaciones y visiones del mundo y en la práctica? ¿Qué procesos de renegociación de las relaciones de género permiten, a nivel de la familia, de la comunidad, del mercado o del Estado? ¿Podemos hablar de procesos de empoderamiento y, en caso afirmativo, en qué sentido? ¿Qué nuevas oportunidades, pero también qué obstáculos surgen?
3. Estas experiencias de Economía, en el sentido amplio aquí adoptado, ¿qué relaciones mantienen con el Estado? ¿Cómo estas relaciones se manifiestan en lo cotidiano, especialmente en el trabajo realizado por las mujeres para garantizar el reconocimiento de sus derechos y el acceso a los beneficios necesarios para la reproducción de la vida, por ejemplo en la salud, la educación, la asistencia social, así como en la producción o en la comercialización? ¿Cómo ellas negocian no sólo en relación a la cuestión de clase, sino también de género? ¿En qué grietas del Estado o de las políticas públicas se encajan? ¿En qué medida se alcanza una transformación del Estado patriarcal? Además de la relación con el Estado, ¿qué modos de acción política, qué espacios públicos, qué formas de participación o de representación y qué alianzas las mujeres movilizan para afirmarse como sujetos sociales y cómo eso se vincula con sus prácticas económicas?
4. Finalmente, ¿cuáles son las condiciones para el reconocimiento e incluso la revelación del género y del rol de las mujeres en las otras economías? ¿Qué posiciones epistemológicas, atentas a las ausencias y a las emergencias, qué instrumentos teóricos, metodológicos y operativos (como usos del tiempo o registros de valores no monetarios) son necesarias? ¿Qué colectivos, en particular los que combinan investigadora/es y actrices/actores, se construyen? ¿Cómo la producción de conocimiento es transformada por esos procesos y qué nuevas cuestiones y acciones están surgiendo?
Coordinación de esta convocatoria:
• Isabelle Hillenkamp, investigadora del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD-CESSMA, Francia) e investigadora asociada al Programa de Posgrado en Sociología, Universidad Federal de São Carlos (Brasil). E-mail: [email protected]
• Laeticia Jalil, profesora del Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Federal Rural de Pernambuco (Brasil). E-mail: [email protected]
Podrán realizarse consultas al correo electrónico de las coordinadoras.
Las propuestas de artículos, de 5000 a 7500 palabras (incluidas las notas y la bibliografía), podrán enviarse hasta el 30 de abril de 2019.
Referencias
i CARRASCO, Cristina (2014) ( ed.). Con voz propia. La economia feminista como apuesta teórica y política. Viento Sur.
ii HERRERO, Yayo. Economia Ecológica y Economia Feminista: Un diálogo necesario. In.CARRASCO y CORRAL, Economia feminista: desafios, propuestas, alianzas. 1 Ed: marzo 2017. ED. EntrePueblos. Madrid.
iii Veja alguns resultados do projeto “Feminist Analysis of Social and Solidarity Economy Practices: Views from Latin America and India” na página:
iv OROZCO, Amaia Pérez. “Espacios económicos de subversion feministas?”, In CARRASCO y CORRAL, Economia feminista: desafios, propuestas, alianzas. Madri, EntrePueblos, 2017.
Fuente de la noticia:
https://www.economiasolidaria.org/noticias/invitacion-presentar-articulos-las-otras-economias-en-perspectiva-de-genero
https://www.revistaotraeconomia.org/index.php/otraeconomia/announcement/view/38#sdendnote2anc
Álvaro Blanco febrero 25th, 2019
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Etiquetas: Consumo responsable, igualdad, Proyecto Redes, Redes
Niños y niñas de seis municipios de Andalucía han grabado un documental para concienciar a la ciudadanía y sus compañeros de colegio sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS). La grabación del documental es parte del proyecto “Objetivo Sostenibilidad! Ágora Infantil para la Ciudadanía Global y los Objetivos de Desarrollo Sostenible” (OS!) que ha involucrado aalrededor de 250 chicos y chicas de los municipios de Rincón de la Victoria, Almáchar, Puente Genil, Huelva, Alcalá de Guadaíra y Los Barrios. Han participado en el proyecto 9 grupos de escolares y 1 consejo de la infancia.
OS! es un proyecto de participación infantojuvenil diseñado por Coglobal y cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Diputación de Málaga. Utiliza la metodología del Ágora Infantil (www.agorainfantil.com) para invitar a los niños y niñas a reflexionar sobre temáticas importantes para la comunidad, a elaborar propuestas y a tomar decisiones.La temática principal tratada en el marco del proyecto son los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por Naciones Unidas, cuyo propósito es resolver problemas que afligen al mundo antes de 2030. En particular los escolares se han enfocado en cuatros de esos objetivos: fin de la pobreza, hambre cero, igualdad de género y acción por el clima.
Para abordar estos objetivos, se han diseñado sesiones específicas con la colaboración de entidades como IDEAS, MZC y Ecotono, organizaciones que trabajan directamente con dichos objetivos. Durante esas sesiones los escolares han participados en discusiones grupales y actividades de reflexión sobre temas de desarrollo sostenible y empoderamiento infantil. De hecho, uno de los objetivos del proyecto OS! es el empoderamiento comunicativo de los niños y niñas. Para alcanzarlo, los alumnos y alumnas han aprendido a utilizar herramientas audiovisuales para realizar sus campañas y construir un mensaje de sensibilidad. Aquí se puede encontrar el resultado final:
Con la ayuda de la productora Entrefronteras han grabado y editado una serie de documentales de corta duración, en los cuales los niños han compartido sus ideas y reflexiones. Además de pequeños mensajes en vídeo dirigiéndose directamente a otros municipios implicados en el proyecto. Los chicos y chicas han tenido acceso a los vídeos grabados por el resto de participantes de otras localidades. Los colegios y gruposparticipantes cuentan con una plataforma digital ( www.coglobal.es/os/ ) donde pueden poner sus mensajes audiovisuales con soluciones y propuestas concretas. Esta web y el acercamiento a la narrativa audiovisual forman parte de los mecanismos puestos en marcha para facilitar el empoderamiento infantil.
El principal mensaje que el alumnado quiere transmitir es la importancia de un esfuerzo común para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y la relevancia que tiene la participación de los más pequeños en la toma de decisiones públicas. Los niños y niñas son conscientes que ellos también pueden tener ideas útiles para mejorar su comunidad, pero la mayoría de las veces les hacen falta las herramientas y medios para concretarsus ideas. Ambos, escolares y autoridades locales de los Ayuntamientos implicados concuerdan en que proyectos como Objetivo Sostenibilidad! son indispensables para crear espacios donde los ciudadanos de mañana puedan aprender ya desde pequeños a concienciarse y a responsabilizarse políticamente.
A través del documental los chicos y chicas no solo quieren trasmitir campañas de sensibilización sobre temáticas del desarrollo sostenible, sino también remarcar su deseo de que los adultos los escuchen, además de la importancia de que sus ideas sean tomadas en cuenta en las decisiones públicas.
En este momento se están ejecutando otras pequeñas acciones diseñadas por los menores dentro de sus campañas de sensibilización: desde manifestaciones hasta concursos de dibujo, recogida de alimentos, gymcanas, teatros, etc. Siempre desde la premisa de que los proyectos a pequeña escala y los actos individuales pueden contribuir al cambio para la mejora global.
insilico junio 28th, 2018
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Etiquetas: Agenda local, Alimentación, Clima, Consumo responsable, igualdad, Objetivo Sostenibilidad, Pobreza
En Andalucía escolares de primaria graban un documental para promover el desarrollo sostenible
Niños y niñas de seis municipios de Andalucía han grabado un documental para concienciar a la ciudadanía y sus compañeros de colegio sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS). La grabación del documental es parte del proyecto “Objetivo Sostenibilidad! Ágora Infantil para la Ciudadanía Global y los Objetivos de Desarrollo Sostenible” (OS!) que ha involucrado aalrededor de 250 chicos y chicas de los municipios de Rincón de la Victoria, Almáchar, Puente Genil, Huelva, Alcalá de Guadaíra y Los Barrios. Han participado en el proyecto 9 grupos de escolares y 1 consejo de la infancia.
OS! es un proyecto de participación infantojuvenil diseñado por Coglobal y cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Diputación de Málaga. Utiliza la metodología del Ágora Infantil (www.agorainfantil.com) para invitar a los niños y niñas a reflexionar sobre temáticas importantes para la comunidad, a elaborar propuestas y a tomar decisiones.La temática principal tratada en el marco del proyecto son los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por Naciones Unidas, cuyo propósito es resolver problemas que afligen al mundo antes de 2030. En particular los escolares se han enfocado en cuatros de esos objetivos: fin de la pobreza, hambre cero, igualdad de género y acción por el clima.
Para abordar estos objetivos, se han diseñado sesiones específicas con la colaboración de entidades como IDEAS, MZC y Ecotono, organizaciones que trabajan directamente con dichos objetivos. Durante esas sesiones los escolares han participados en discusiones grupales y actividades de reflexión sobre temas de desarrollo sostenible y empoderamiento infantil. De hecho, uno de los objetivos del proyecto OS! es el empoderamiento comunicativo de los niños y niñas. Para alcanzarlo, los alumnos y alumnas han aprendido a utilizar herramientas audiovisuales para realizar sus campañas y construir un mensaje de sensibilidad. Aquí se puede encontrar el resultado final:
Con la ayuda de la productora Entrefronteras han grabado y editado una serie de documentales de corta duración, en los cuales los niños han compartido sus ideas y reflexiones. Además de pequeños mensajes en vídeo dirigiéndose directamente a otros municipios implicados en el proyecto. Los chicos y chicas han tenido acceso a los vídeos grabados por el resto de participantes de otras localidades. Los colegios y gruposparticipantes cuentan con una plataforma digital ( www.coglobal.es/os/ ) donde pueden poner sus mensajes audiovisuales con soluciones y propuestas concretas. Esta web y el acercamiento a la narrativa audiovisual forman parte de los mecanismos puestos en marcha para facilitar el empoderamiento infantil.
El principal mensaje que el alumnado quiere transmitir es la importancia de un esfuerzo común para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y la relevancia que tiene la participación de los más pequeños en la toma de decisiones públicas. Los niños y niñas son conscientes que ellos también pueden tener ideas útiles para mejorar su comunidad, pero la mayoría de las veces les hacen falta las herramientas y medios para concretarsus ideas. Ambos, escolares y autoridades locales de los Ayuntamientos implicados concuerdan en que proyectos como Objetivo Sostenibilidad! son indispensables para crear espacios donde los ciudadanos de mañana puedan aprender ya desde pequeños a concienciarse y a responsabilizarse políticamente.
A través del documental los chicos y chicas no solo quieren trasmitir campañas de sensibilización sobre temáticas del desarrollo sostenible, sino también remarcar su deseo de que los adultos los escuchen, además de la importancia de que sus ideas sean tomadas en cuenta en las decisiones públicas.
En este momento se están ejecutando otras pequeñas acciones diseñadas por los menores dentro de sus campañas de sensibilización: desde manifestaciones hasta concursos de dibujo, recogida de alimentos, gymcanas, teatros, etc. Siempre desde la premisa de que los proyectos a pequeña escala y los actos individuales pueden contribuir al cambio para la mejora global.
insilico junio 28th, 2018
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Frente a la insostenibilidad del sistema económico actual, cada vez se hace más patente la necesidad de caminar hacia otros modelos de producción, distribución y consumo que pongan la sostenibilidad de una vida que merezca ser vivida en el centro de nuestra actividad económica. Para dar respuesta a este reto surge hace años una de las principales propuestas de transformación económica que emana de las prácticas de la economía solidaria a la que denominamos Mercado Social.
Mercado Social es una herramienta que lleva diseñándose más de 10 años y construyéndose poco a poco desde REAS, con la colaboración de otros movimientos y entidades de la economía social, con el fin de interconectar las diferentes iniciativas económicas desde un circuito económico único, compartido y coherente con esos valores compartidos.
La puesta en marcha de esta iniciativa parte de tres premisas: Abordar el mercado como escenario principal de transformación colocando en el centro de las relaciones económicas las personas y la sostenibilidad de la vida. Dar a conocer, poner en relación, enredar y fomentar la intercooperación entre las iniciativas locales de economía social y solidaria que ofrecen productos y servicios tan variados y que tan poco se conocen. Y repensar las formas de organización para fomentar una economía más justa y solidaria a través de la implicación activa de la población hacia el consumo responsable.
Se define Mercado Social como: “Una red de producción, distribución y consumo de bienes y servicios y aprendizaje común que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios, en un territorio determinado, constituida tanto por empresas y entidades de la economía solidaria y social como por consumidores/as individuales y colectivos. Cuyo objetivo es cubrir una parte significativa de las necesidades de sus participantes dentro de la red y desconectar la economía solidaria de la economía capitalista, tanto como sea posible”.
Mercado Social de Aragón explica en este vídeo en qué consiste el Mercado Social:
En este sentido, el 25 de noviembre de 2017 se celebró la IV feria de Economía Social y Solidaria, impulsada por REAS-Andalucía y el Mercado Social de Sevilla, que tiene entre sus principales objetivos mostrar una realidad socioeconómica en crecimiento que ofrece, a través de sus prácticas, respuestas reales a la crisis económica, financiera, ecológica y de cuidados del modelo actual, a través de iniciativas empresariales y proyectos sociales que basan su viabilidad en la sostenibilidad integral.
La Feria de Economía Solidaria es una de las expresiones más novedosas y con mayor visibilidad que ha puesto en marcha el Mercado Social de Sevilla. Esta iniciativa contribuye también al desarrollo de la estructura del Mercado Social Andalucía que se está elaborando desde REAS-A con la colaboración de movimientos y distitnas entidades de ESS.
Álvaro Blanco junio 25th, 2018
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Etiquetas: Consumo responsable, Proyecto Redes, Redes
Carolina Serrano julio 13th, 2017
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Etiquetas: Agenda local, Agua, Alimentación, Clima, Consumo responsable, Democracia y paz, Educación, Energia, igualdad, Inclusión, Innovación, Mares, Pobreza, Redes, Salud
Carolina Serrano febrero 2nd, 2017
Posted In: Coglobal, Materiales MPD
Etiquetas: Agenda local, Clima, Consumo responsable, Inclusión, MPD
El proyecto COMPARTE-UNAN-Managua, ha estado presente en la inauguración de la feria de la tierra que se realiza los días 3 y 4 de junio de 2016 en la plaza 22 de Agosto. El personal de COMPARTE junto al socio nacional del proyecto La Fundación Desarrollo y Ciudadanía (FDC) han participado en la caminata que se realizó por la mañana del día de hoy.
Así mismo se realizaron actividades con diversos sectores de la población que se hizo presente en la feria: Estudiantes, miembros del ejército de Nicaragua, entes gubernamentales, vicealcaldes, concejales y empresas privadas del país.
La feria culminará el día sábado 4 de junio de 2016, COMPARTE y la Fundación Desarrollo y Ciudadanía tendrá su stand abierto al público los dos días que durará la feria explicando a los asistentes sobre nuestro quehacer y nuestra vinculación con la preservación del medio ambiente y cuido de nuestra casa común, la TIERRA.
Carolina Serrano julio 21st, 2016
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Etiquetas: Agenda local, Ágora, Clima, Consumo responsable, Democracia y paz, Inclusión, Medio ambiente