Jóvenes de Sevilla participan en un proyecto para prevenir la ciberviolencia de género
El alumnado de 2º de la ESO del IES Félix Rodríguez de la Fuente, ubicado en el barrio Pino Montano de la ciudad de Sevilla, está participando en el proyecto “Ágora Juvenil para la sensibilización y la prevención de la ciberviolencia de género”. A lo largo de siete sesiones en clase y el uso de una plataforma de participación digital, las chicas y chicos, profundizarán sobre la violencia de género que se lleva a cabo en entornos digitales y elaborarán una campaña de sensibilización en la red que difundirán en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla.
En las cuatro sesiones que llevan hasta el momento, las chicas y chicos han tenido una aproximación a las nociones generales sobre este tema. Han conocido distintas manifestaciones de violencia en la red como el grooming o ciberbullying, entre otros tipos de acoso, y se ha trabajado a través de juegos que simulan situaciones reales para que el grupo tenga una experiencia más cercana y les permita empatizar con personas que han sufren estas situaciones. También han contado con la visita de la Fundación Atenea que les explicó cuál es su trabajo y de qué manera se abordan los distintos tipos de violencia.
El proyecto tiene como base la participación de la adolescencia en la prevención de la ciberviolencia. La metodología comprende un conjunto de dinámicas en las que el alumnado pueda expresar sus puntos de vista, ejercitar la escucha activa y reforzar valores como la igualdad, la solidaridad y la empatía. Para ello cuentan también con la plataforma de participación digital Citizink, un espacio especializado para intercambiar de opiniones, formular propuestas, construir consensos y tomar decisiones colectivas.
El desarrollo de las próximas sesiones contempla actividades que favorezcan una cultura democrática y un acercamiento al funcionamiento de la administración pública. De esta manera, además de ahondar en la comprensión en la violencia de género y las formas de acoso en las plataformas de comunicación digitales, el conjunto de actividades busca contribuir a su empoderamiento social y comunicativo.
Tras los aprendizajes en las distintas sesiones, la formulación de propuestas y los procesos deliberativos, el grupo diseñará colaborativamente un pódcast orientado a la sensibilización y prevención del ciberacoso. Las chicas y chicos participarán en su difusión a través de redes sociales, promoviendo la igualdad y un uso responsable de las plataformas de comunicación más populares en la juventud.
Este proyecto incorpora herramientas tecnológicas a la metodología Ágora, diseñada y desarrollada por la entidad social Coglobal. Dicha metodología ha sido puesta en marcha en más de sesenta municipios, en el que han participado más de cuatro mil chicos y chicas. El proyecto cuenta con el respaldo de la Universidad de Málaga, la Universidad de Huelva, la Universidad de Cádiz y la Università de glistudi di Palermo.
insilico diciembre 4th, 2020
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En el marco del programa de participación Ágora Infantil, Coglobal está desarrollando intervenciones orientadas a prevenir y sensibilizar en torno a la violencia de género. Su estrategia se fundamenta en facilitar procesos de empoderamiento de las personas adolescentes a través de su participación directa en torno a una iniciativa concreta de sensibilización que ellos mismos producen.
Los estudios más recientes sobre adolescentes y violencia de género coinciden en señalar que si bien hay un rechazo mayor del sexismo y la violencia de género entre los adolescentes, existe una percepción baja del riesgo de algunas conductas que se dan con el uso creciente de internet y las tecnologías de la información. El estudio “Menores y violencia de género” publicado por la Delegación del Gobierno contra la violencia de género (Díaz-Aguado,2020), en coherencia con lo formulado en el Pacto de Estado, concluye que es necesario intensificar las medidas de prevención frente a formas de ciberviolencia tales como sexting, grooming o stalking. Hay tres aspectos que recoge este estudio que consideramos de especial relevancia: el primero, hace referencia a la necesidad de prevenir desde la infancia, adecuando las estrategias a las distintas franjas etarias; el segundo, identifica los centros educativos como un ámbito prioritario de intervención en tanto que agentes educativos y espacios preferentes de socialización entre iguales; el tercero plantea la necesidad de desplegar la estrategia de prevención a través de la alfabetización digital, favoreciendo un uso crítico y saludable de las redes sociales y evitando prácticas de riesgo. Estos tres componentes son desarrollados en el programa Ágora infantil.
El Estudio “La evolución de la adolescencia española en la igualdad y la prevención de la violencia de género” (Díaz- Aguado, 2014) propone utilizar metodologías participativas y cooperativas para que las personas adolescentes hagan sus propias propuestas para erradicar la violencia de género. Entre los resultados de dicho estudio se recoge que las relaciones de amistad suelen ser el medio más empleado por las adolescentes para pedir ayuda en una situación de violencia. Por tanto, en el marco de una política de prevención en el aula “conviene promover dichas relaciones a través del aprendizaje cooperativo”, de modo que se contribuya a una cultura igualitaria.
En coherencia con lo expresado hasta aquí, el programa Ágora Infantil sitúa al alumnado como protagonista de su propio proceso de aprendizaje. El alumnado adquiere un rol activo en las sesiones en las que propone, debate y toma decisiones en torno a una acción de sensibilización que se desarrollará con posterioridad. Se parte de la premisa de que a través de metodologías participativas que estimulan la curiosidad y la actitud investigadora, conectan la vivencia personal con la reflexión y la acción colectivas y emplean el juego, se activan procesos de aprendizaje más significativo. De este modo, las habilidades, actitudes y valores democráticos e igualitarios que se aprenden desde la práctica concreta en el aula, se interiorizan y pueden extrapolarse a otras situaciones cotidianas de la vida del alumnado.
Ágora infantil propone la participación como estrategia para facilitar el empoderamiento de las personas adolescentes. El empoderamientoes un proceso mediante el cual personas, organizaciones y comunidades adquieren o potencian las capacidades de controlar o dominar sus propias vidas, o el manejo de asuntos y temas de su interés, para lo cual es necesario crear las condiciones que faciliten ese fortalecimiento” (Rappaport, 1981).
Las sucesivas evaluaciones del programa Ágora infantil que desde 2014 Coglobal ha realizado en colaboración con la Universidad de Málaga y la Universidad de Huelva, han dado resultados que corroboran que el uso de determinadas metodologías participativas favorece el desarrollo de formas de relación más igualitarias, así como habilidades de participación y liderazgos más horizontales y cooperativos. Resumimos a continuación sus resultados más destacados en relación a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las chicas:
Con conclusión, podemos señalar que la utilización en el aula de determinadas metodologías participativas y lúdicas para abordar temáticas como la violencia o la ciberviolencia de género, más allá de permitir una aproximación a los conceptos, permite reflexionar desde lo vivencial tanto a chicos como a chicas sobre los valores y normas de género que operan en las relaciones entre iguales y posibilitar caminos y habilidades para cambiarlas desde un planteamiento democrático.
Fortalecer la democracia es una tarea urgente para la que necesitamos sumar fuerzas. Coglobal pone toda su energía en impulsar la transición hacia una democracia más participativa, experimentando con prácticas de participación en busca de fórmulas eficientes y replicables, poniendo el foco en la inclusión de los sectores de población tradicionalmente excluidos de las decisiones políticas. ¡Colabora para hacerlo posible!
Antonia Morillas diciembre 4th, 2020
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El proyecto de investigación Redes de conocimiento y cooperación descentralizada para el desarrollo humano local, concluyó las actividades de trabajo de campo, análisis y transferencia de resultados.Con la finalización del estudio se generó una Guía para la gestión de redes que ofrece consideraciones y orientaciones al grupo motor o la dirección de una red, o para las entidades que participan en ellas, para realizar un diagnóstico y mantener el dinamismo interno activo de dichas estructuras. Asimismo, se publicó una Guía audiovisual para la gestión de redes, que comprende una serie de testimonios y recursos de infográficos que describen el proceso de investigación y los principales resultados. Ambos documentos se encuentran disponibles para libre acceso, junto con todos los recursos generados a lo largo del proceso de investigación.
El estudio se centró en conocer los mecanismos para la eficacia, autonomía, sostenibilidad y capacidad de crecimiento de las redes de conocimiento que operan en el marco de la cooperación descentralizada para el desarrollo humano local en Andalucía. Para ello se analizaron las funcionalidades y se identificaron buenas prácticas.
A través de un proceso de investigación que duró alrededor de tres años, en una primera fase se realizaron entrevistas a figuras coordinadoras o puestos directivos, y grupos de discusión con participantes en las redes. Y en la segunda, se profundizó en la perspectiva de las personas que constituyen las redes, de modo que se complementara la visión general y estratégica con un enfoque participativo. La metodología estuvo orientada a la recopilación de información y, al mismo tiempo, devolver un informe diagnóstico a cada red participante, de modo que pudieran implementar cambios o mejorar aspectos de su funcionamiento.
La Guía de buenas prácticas para la gestión de redes es un documento de transferencia de resultados de la investigación, pero principalmente desempeña la función de recurso o herramienta para redes en procesos de constitución y redes activas que tengan interés en realizar un diagnóstico sobre su funcionamiento. La guía se está dividida en las siete claves que emergen del estudio: Relación en red, activación, cohesión, comunicación, estrategia y coordinación, recursos y capacidad de crecimiento. Y se compone de información sobre una descripción de las estructuras analizadas, testimonios de las personas que participaron en la investigación y forman parte de las redes, buenas prácticas identificadas en los casos de estudio, recomendaciones y orientaciones en materia de género que atraviesan cada una de las claves mencionadas.
Por su parte, la Guía audiovisual se constituye de entrevistas al equipo de coordinación e investigación de Coglobal que describen el proceso y los resultados de la investigación. Del mismo modo, se recogen testimonios y reflexiones de personas que representan o forman parte de las redes estudiadas. A lo largo del documento audiovisual se presentan infografías animadas que caracterizan las claves identificadas en el estudio. Este documento puede ser complementario a la Guía para la gestión de redes y también un recurso que facilite la presentación de los resultados del proyecto y las nociones que aporta.
Este proyecto de investigación ha sido diseñado por Coglobal, cofinanciado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) y ha recibido con el apoyo del Fondo andaluz de municipios para la solidaridad internacional (FAMSI), la Red de Economías Alternativas y Solidaria (REAS), la Iniciativa de Economías Alternativas y Solidarias (IDEAS) y el Observatorio Internacional de la Democracia Participativa (OIDP). Asimismo, ha contado con la colaboración de una docena de entidades que participaron en las distintas actividades compartiendo sus experiencias, reflexiones y buenas prácticas. El proceso de investigación, resultados y sus principales productos pueden ser consultados aquí.
Álvaro Blanco diciembre 2nd, 2020
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Se ha producido una oleada de participación ciudadana que ha tomado cuerpo a través de iniciativas de carácter solidario activadas para dar respuesta a las situaciones de emergencia vividas en pueblos y ciudades. Iniciativas de distribución de alimentos, de producción de mascarillas o redes de apoyo mutuo entre vecinos y vecinas han sido algunas de las actividades que han emergido a iniciativa ciudadana. Iniciativas que tanto en el ámbito digital como presencial han evidenciado que valores como la reciprocidad, el apoyo mutuo o la solidaridad operan con fuerza y son motores de participación ciudadana y organización social. El aplauso colectivo que todos los días desde los balcones se realizaba a todos aquellos que estaban en la primera línea frente a la pandemia, es la imagen más explícita y bella de esto.
En el ámbito institucional se ha producido un proceso de recentralización de toma de decisiones y se ha instalado un enorme grado de incertidumbre respecto a las políticas de participación ciudadana. Desde Coglobal hemos identificado cuatro tendencias presentes en los gobiernos locales respecto a esta política pública:
Ha habido dos tendencias con idéntico resultado, aunque con argumentaciones justificativas diferentes. Ambas han consistido en paralizar los procesos locales de participación que estaban en marcha. Los gobiernos locales que se han situado en la primera de ellas, lo han hecho justificándose en las limitaciones a la participación presencial que suponen las medidas de distanciamiento social. La segunda tendencia ha argumentado que en tiempos de crisis los recursos han de movilizarse para atender las situaciones de emergencia y que las políticas de participación ciudadana no lo son.
La tercera tendencia identificada ha orientado sus prioridades a repensar la estrategia de participación, partiendo de la hipótesis de que la crisis sanitaria va a transformar de manera profunda no solo las formas de relacionarse sino las prioridades y estrategias de gobernanza. Estos procesos de debate no han concluido, por tanto, es pronto para realizar valoraciones, aunque sí podemos aventurar cierta falta de concreción.
La cuarta tendencia ha apostado por la continuidad de los procesos, pero adaptando sus calendarios y metodologías a las limitaciones de la actual situación. La participación digital y el desarrollo de metodologías adaptadas a las características específicas de los entornos digitales se ha extendido, abriendo un nuevo ámbito de experimentación y debate.
Ante este panorama, ¿qué podemos hacer para que las políticas de participación ciudadana no queden orilladas por la política de lo urgente?
La Agenda 2030 supuso un avance sustancial en lo que a reconocimiento institucional de la participación como política pública se refiere. A este reconocimiento se han sumado multitud de instituciones que están repensándose desde parámetros y experiencias que contribuyen a nuevas formas de gobernanza democrática. No obstante, la crisis sanitaria ha acentuado a nivel global la tensión existente entre la deriva autoritaria y las apuestas democráticas. Consolidar las democracias desde estrategias participativas y de colaboración ciudadana- ciudadana y ciudadana- institucional, puede contribuir a mejorar la convivencia y a fortalecer los lazos comunitarios, en un contexto que exige comunidad para contrarrestar la atomización agudizada por el distanciamiento social. Construir un estado de opinión favorable a la participación ciudadana como política estratégica pero también como política de emergencia frente al autoritarismo y la desvertebración social, es una tarea urgente.
Ahora, que en todos los niveles administrativos se están confeccionando acuerdos políticos para la recuperación post- COVID, sabiendo que los efectos económicos y sociales serán de dimensiones devastadoras, la ciudadanía no puede ser ajena a este proceso. Definir la estrategia de recuperación puede ser una oportunidad para hacer un ejercicio de deliberación pública amplia, que incorpore en el debate a la ciudadanía, a los sectores sociales más golpeados por la crisis sanitaria y sus efectos.
Las estructuras de participación ciudadana en los momentos más complicados de la primera fase de la pandemia acompañaron a los gobiernos locales, dando respuestas rápidas a situaciones de auténtica emergencia social. Incorporar a los actores sociales que están involucrados en estas pero también a los que no lo están, en los debates y toma de decisiones que afectarán a cómo vivimos y de qué vivimos en los próximos años, contribuirá a garantizar que las estrategias de recuperación sean inclusivas, no dejen a nadie atrás, sean sólidas, sostenibles y viables.
La participación en entornos digitales ya era una realidad antes de la pandemia, especialmente para las generaciones más jóvenes. La crisis sanitaria no ha hecho sino acelerar el proceso de alfabetización digital, extendiendo el uso de las redes como forma cotidiana de relacionarse con otros y de participar en la comunidad virtual. Este proceso de extensión del uso de las tecnologías digitales con fines de participación social no está exento de dificultades. Del mismo modo que en los procesos presenciales se producen sesgos de participación (de género, de clase, de edad, etc.), esto también sucede en los procesos digitales. En uno y otro caso existen brechas que nos invitan a reflexionar sobre cómo ensayar con metodologías que permitan avanzar hacia procesos cada vez más inclusivos, en una u otra modalidad.
Esta reflexión ha de partir necesariamente del análisis de las características de los entornos digitales, de los usos diversos que la ciudadanía hace de las distintas redes sociales, del alcance que estas tienen y de las formas de debate y participación a las que son más permeables. Por ejemplo, la inmediatez y temprana caducidad de los temas que generan interés, así como la sofisticación de las estrategias de comunicación que se ponen en juego, nos sitúan en un escenario de intervención en el que las metodologías no pueden ser transferidas y reproducidas de manera mecánica de un entorno a otro.
En definitiva, toca construir comunidad, en los entornos que la pandemia nos deje, pero construir comunidad al fin y al cabo, porque es en ella donde los miedos y dificultades pueden tornar en esperanzas y propuestas.
Fortalecer la democracia es una tarea urgente para la que necesitamos sumar fuerzas. Coglobal pone toda su energía en impulsar la transición hacia una democracia más participativa, experimentando con prácticas de participación en busca de fórmulas eficientes y replicables, poniendo el foco en la inclusión de los sectores de población tradicionalmente excluidos de las decisiones políticas. ¡Colabora para hacerlo posible!
Antonia Morillas noviembre 30th, 2020
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Etiquetas: Agenda local, Democracia y paz, Inclusión, Redes
En las últimas semanas ha pasado por los medios de comunicación autoridades políticas de todos los colores destacando que debemos comprar en el comercio local. José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que declaraba que es una “necesidad imperiosa” que vayamos a comercios de barrio. Poco después, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, hacía declaraciones públicas similares y animaba a sus convecinos a no comprar en Amazon. Esta posición fue sostenida también por Anne Hidalgo, alcaldesa socialista de París.
Son muestras de una tendencia relacionada con la emergencia sanitaria. La escala de lo local recobra importancia por diversos motivos, de los cuales el más evidente está en las limitaciones extraordinarias a la movilidad. En los últimos meses, la proximidad ha sido una de las claves de las redes de apoyo comunitarias e institucionales que han impulsado repartos de alimentos, ayuda a personas dependientes, prevención de violencia de género en hogares confinados, etc.
Un segundo motivo de este retorno a lo local tiene que ver con la debilidad de la cooperación entre países durante la crisis. Ante un problema indiscutiblemente global, nos hemos encontrado con respuestas de aislamiento político de los estados, el cierre de fronteras y un incremento de disfuncionalidad de las instituciones multilaterales. El alcance sistémico del escenario COVID-19 parece deberse más a la deficiente gobernanza de la pandemia que al patógeno mismo.
Todo ello ha incrementado el protagonismo de las administraciones públicas más cercanas a la población: el problema global ha exigido respuestas locales. Se rescata el viejo eslogan.
Con todo, por lo que vemos, las medidas de las administraciones locales se caracterizan por su carácter paliativo. Las políticas de cobertura sanitaria, protección social, ayudas a sectores económicos y al empleo son altamente demandadas y sin duda esenciales. Junto a estas medidas urgentes, los gestores locales tienen ante sí la oportunidad de repensar las estrategias territoriales de desarrollo, aprendiendo de lo sucedido en este funesto 2020, y alejando la visión de la crisis actual como un episodio puntual. Algo que pasa una vez en la vida, pero esa tesis que parece demostrarse infundada.
Mucho se ha hablado este año sobre las estrechas relaciones que hay entre el modelo global de explotación de los recursos naturales, el cambio climático y la aparición de brotes pandémicos. Estos aparecen con cierta frecuencia (cinco en los últimos 20 años), aunque desde el VIH-SIDA ninguno había afectado tanto a los países más desarrollados. Se ha subrayado que la génesis de una pandemia como la del coronavirus no era un acontecimiento imprevisto, al igual que ya se identificado la necesidad de crear una fuerza de choque internacional antipandémica.
Hemos comprobado en primera persona que los pronósticos eran ciertos y el brutal impacto colateral en la economía, el empleo y el bienestar social del virus. La pregunta es: ¿esta experiencia nos llevará a cambiar nuestros hábitos de producción y consumo? Así reflexionaba Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Veamos el caso de los sistemas alimentarios, hoy altamente industrializados.
Estamos ante cadena de producción-consumo-residuos que está entre las que más inciden en el cambio climático y la degradación del medio ambiente. Así lo afirma la Red de Ciudades por la Agroecología, que destaca el potencial de comunidades y gobiernos locales para cambiar esta lógica con medidas de planificación territorial y participación ciudadana. Esta observación, compartida por la Comisión Europea y concretada en la estrategia De la granja a la mesa del Pacto Verde Europeo, y por Naciones Unidas en la Nueva Agenda Urbana, conduce a la idea de transición entre sistemas alimentarios con un rol protagonista del territorio.
En 2015, una convención de alcaldes lanza el Pacto de política alimentaria urbana de Milán que plantea un cambio sistémico que, de manera resumida, está orientado a
Más de 200 ciudades del mundo son firmantes del Pacto y sus objetivos cobran mayor pertinencia a la luz de la experiencia COVID-19. Este acuerdo es un reflejo más del interés creciente que han mostrado los gobiernos locales en los hábitos de producción y consumo alimentario –interés que ha crecido durante la crisis. Huertos urbanos y escolares, agricultura ecológica, recuperación del cultivo de especies endógenas, certificaciones de origen, son tendencias en el ámbito de la producción. Mercados de productores ecológicos, valorización del producto de cercanía y temporada, cooperativas de consumidores, son algunas de las preferencias que se observan en el ámbito del consumo.
Los gobiernos locales están cada vez más presentes en este ciclo de la alimentación, cediendo terrenos, promocionando a productores locales, facilitando espacios de venta o apoyando campañas de nutrición saludable. Estas son algunas de las acciones que promueven distintas áreas de los gobiernos locales, que dan respuesta a demandas sectoriales en ámbitos como la educación, la producción, el comercio, la salud o el planeamiento urbano.
El contexto permite proponer un objetivo político compartido: dar continuidad de esta tendencia de cambio, reforzándola con visiones estratégicas más sólidas que tiendan a Sistemas Alimentarios Territorializados. Necesitamos conectar a consumidores, productores, distribuidores y autoridades locales, junto con otros agentes, para concretar pasos hacia una alimentación basada en la cercanía, sostenibilidad, inclusión, participación y justicia alimentaria.
Todo cambio en las lógicas de desarrollo tiene ante sí un reto inicial: definir quiénes serán los agentes que lo impulsen y cómo se alcanzan los consensos sociales que lo legitimen. La transición hacia un modelo de alimentación con un fuerte sustento en lo local requiere en primer lugar deconstruir la cultura precedente. Durante décadas se ha considerado a la comida procesada e industrial como paradigma de modernidad. Igualmente hay que afrontar el hecho de que los sectores sociales con menos renta encuentran en los alimentos ultraprocesados un acceso más económico a las calorías diarias.
Mediante procesos participativos e inclusivos podemos abrir paso a nuevos imaginarios en torno a los alimentos que prioricen la salud, la sostenibilidad, la cercanía, la trazabilidad y la estacionalidad. Y buscar los mecanismos para un acceso igualitario a los alimentos con estas características.
Para todo lo anterior, y desde la óptica de los gobiernos locales, se pueden aplicar medidas que impulsen una alianza social extensa por la transición hacia un sistema alimentario territorializado:
Estos pasos nos pueden acercar a la transición hacia un modelo de alimentación que ofrece salud y solidaridad intergeneracional. Se trata de un reto tan necesario como innovador, cuyo abordaje seguramente dará lugar a errores e imprevistos que habrá que analizar y corregir. Lo que nos jugamos hará que el esfuerzo merezca la pena.
En próximos días Coglobal y el Ayuntamiento de Alcorcón darán inicio al proyecto Comer Local. Este proyecto cuenta con la cofinanciación y la colaboración de la Fundación Daniel y Nina Carasso y tiene por objetivo el establecimiento de mecanismos inclusivos de participación ciudadana para favorecer un sistema local de alimentación saludable y sostenible. Con Comer Local queremos propiciar un contexto favorable para una gobernanza de sistemas de alimentación sostenible a partir de la promoción la participación ciudadana y el diálogo de agentes sociales y económicos, en los cuales se reconozca y fortalezca el rol de la ciudadanía para reorientar los modelos de producción y consumo hacia un sistema más sostenible.
Fortalecer la democracia es una tarea urgente para la que necesitamos sumar fuerzas. Coglobal pone toda su energía en impulsar la transición hacia una democracia más participativa, experimentando con prácticas de participación en busca de fórmulas eficientes y replicables, poniendo el foco en la inclusión de los sectores de población tradicionalmente excluidos de las decisiones políticas. ¡Colabora para hacerlo posible!
Andrés Falck noviembre 25th, 2020
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Etiquetas: Agenda local, Alimentación, Clima, Comer local, Consumo responsable, Covid 19, Medio ambiente, Salud
Desde un enfoque integral participativo y de género, OS! ha demostrado favorecer la sensibilización de niñas, niños y adolescentes (NNA) sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), abriendo canales para la participación en políticas públicas y la comunicación para el cambio social y mediante campañas de sensibilización diseñadas por los distintos grupos de participantes. De esta manera, OS! busca favorecer el empoderamiento individual y social de niños, niñas y adolescentes.
Dentro de los principales resultados obtenidos a partir de la ejecución de este programa durante el 2018-2019 encontramos los siguientes:
OS! contribuyó a que NNA se sintieran escuchados por sus representantes políticos y conozcan las actuaciones que contribuyen a alcanzar los ODS desde su Ayuntamiento.
Los resultados obtenidos registran un incremento en el conocimiento político institucional y los valores para una cultura democrática. Se evidencia además el desarrollo de capacidades de escucha activa, argumentación y oratoria, así como de mediación y resolución de conflictos dentro del grupo. Asimismo, se registraron mejoras en la capacidad de autogestión, ya que NNA demostraron sentirse responsables de la transmisión de la importancia de alcanzar los ODS a su comunidad. Este empoderamiento fue notable también en el desarrollo de habilidades para la comunicación de sus ideas, llevando a que diseñaran mensajes con preguntas y reflexiones sobre los ODS para transmitir a través de vídeo-cápsulas y en campañas de sensibilización que cerraron el programa.
Se observó que hubo un aumento en el conocimiento sobre los ODS, el cual se expresó tanto en los cuestionarios diseñados para evaluar este incremento como en la incorporación de los mismos en sus discursos. De este modo, en el marco del proyecto, se condujeron debates que tuvieron cada vez más profundidad ya que vinculaban los ODS entre sí, con sus experiencias de vida y con temas de algunas asignaturas.
Para el presente curso 2020-2021, el programa OS! continuará sensibilizando a niños, niñas y adolescentes con los Objetivos de desarrollo Sostenible en la ciudad de Córdoba; abriendo un canal para la participación infantojuvenil en la difusión y localización de los ODS, favoreciendo su empoderamiento individual y social y contribuyendo a la promoción de Córdoba como municipio amable con la infancia.
Fortalecer la democracia es una tarea urgente para la que necesitamos sumar fuerzas. Coglobal pone toda su energía en impulsar la transición hacia una democracia más participativa, experimentando con prácticas de participación en busca de fórmulas eficientes y replicables, poniendo el foco en la inclusión de los sectores de población tradicionalmente excluidos de las decisiones políticas. ¡Colabora para hacerlo posible!
Marcela Guerrero noviembre 17th, 2020
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Etiquetas: Agenda local, Clima, Democracia y paz, igualdad, Inclusión, Objetivo Sostenibilidad
vicente canteli octubre 20th, 2020
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Etiquetas: Agenda local, Democracia y paz, Eventos, Inclusión, Redes
En el marco del proyecto europeo «Intercambio y formación de trabajadores en materia de participación juvenil en democracia participativa local con especial atención a los presupuestos participativos jóvenes”, se ofrece a los trabajadores jóvenes la oportunidad de desarrollar competencias relacionadas con la participación democrática de los ciudadanos, en particular promoviendo el desarrollo local y la participación de los jóvenes.
Las actividades para la juventud en el marco de Erasmus+ tienen por objeto mejorar las competencias, las aptitudes y las posibilidades de empleo de los jóvenes, promover la participación activa de los jóvenes en la sociedad, su inclusión social y su bienestar y mejorar el trabajo y la política de la juventud a nivel local, nacional e internacional.
La participación en una iniciativa de la juventud proporciona una experiencia de educación no formal. Su objetivo capacitar a los trabajadores en la esfera de la participación local de los niños y los jóvenes, especialmente en el ámbito de los presupuestos participativos (PP) para los jóvenes, a fin de promover una red europea de entidades dedicadas a la promoción de la democracia, el desarrollo local y la participación de los jóvenes.
Tras la participación en el proyecto, los trabajadores aumentaron sus conocimientos sobre el funcionamiento de las administraciones locales y sus iniciativas de participación ciudadana en el país anfitrión. También adquirieron instrumentos prácticos de negociación y cooperación entre las administraciones, los técnicos municipales y los trabajadores de la participación ciudadana juvenil.
Han aumentado sus conocimientos sobre los instrumentos y metodologías para la labor de animación y dinamización de los grupos de jóvenes. Concretamente, sobre la participación de los jóvenes y los presupuestos participativos. Pero también en los procesos de localización de los SDG.
Las principales actividades del proyecto fueron:
Al finalizar el proyecto como primeros pasos para promover una red europea de entidades dedicadas a la promoción de la democracia, el desarrollo local y la participación de los jóvenes se desarrolla un documento de consensos o Manifiesto a partir de las Jornadas de Intercambio y Evaluación celebradas del 28 al 30 de julio de 2020.
Carolina Serrano septiembre 29th, 2020
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Etiquetas: Agenda local, Eventos, Inclusión, Otros programas de infantojuvenil, Presupuesto Participativo
Es cada vez más frecuente que gobiernos locales en todo el mundo, pongan en marcha dispositivos de consulta y diálogo con población infantil y juvenil. Son iniciativas que responden al mandato de la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada en 1989 por Naciones Unidas, que dispone en su artículo 12 el derecho de la población menor a ser escuchada por la administración y tenida en cuenta en aquellas cuestiones que les afectan. Es frecuente que los espacios de participación de niñas, niños y adolescentes (NNA) sean diseñados a imagen y semejanza de las estructuras de decisión política del mundo adulto, que pone el peso en los mecanismos de representación del conjunto de población menor por parte de un foro electo, voluntario o designado. Algunos diseños experimentales han puesto el acento en el carácter inclusivo de la participación de NNA –nutriéndose de las propuestas normativas de la democracia participativa– de los cuales se extraen aprendizajes inspiradores que muestran un potencial de cambio en los modelos de convivencia democrática.
La convivencia en un marco democrático inclusivo es uno de los pilares de la construcción de territorios de paz, si esta se entiende desde una óptica no reduccionista a la oposición a los escenarios de violencia. El ejercicio de una ciudadanía que iguala a las personas en sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) se apoya en la capacidad de cualquier integrante de la comunidad de influir en los procesos públicos de toma de decisión. En el caso de NNA, la mera consideración de incorporarles al coro de voces de la gobernanza resulta, por comparación, una acción inclusiva. Más allá de esto, la población NNA tiene la particularidad estar organizada en torno a la actividad escolar (al menos en aquellos territorios de escolarización normalizada y de acceso gratuito), lo que permite experimentar con relativa facilidad con fórmulas de democracia inclusiva, que se apoyan en la participación grupos de composición aleatoria: las aulas escolares.
Desde 2014, Coglobal ha diseñado, dinamizado y evaluado experiencias de participación institucional con NNA, unos basados en el modelo representativo y otros basados en el modelo inclusivo. Con este último modelo, hemos intervenido en más de 60 municipios de España y Uruguay, con más de 4.000 escolares con edades entre 10 y 14 años. Con el modelo representativo, en seis municipios con una población menor representada de unos 75.000. Entre los aprendizajes extraídos de estas acciones, varias relacionan participación, inclusión y convivencia de forma notable.
En primer lugar, en los modelos de participación por representación se produce de forma natural una (auto) exclusión entre la población menor, al igual que sucede con la adulta. Individuos con un mayor liderazgo entre sus iguales o con mayor prestigio entre el profesorado, son más fácilmente mandatados o estimulados a participar. En los procedimientos en los que se opta por el voluntariado, nos encontramos con dinámicas de autoselección, por los que cada individuo se siente apelado o ajeno a la invitación a participar. En ambos casos, las personas menores más tímidas, menos reconocidas por su entorno o de rasgos menos normativos tendrán menos influencia en la deliberación.
Mediante diseños metodológicos que ciñen la participación a grupos de composición aleatoria (v.g. la clase) y el empleo de dinámicas en el aula que favorezcan rupturas con patrones y jerarquías previamente cementadas, se puede generar una pauta de inclusión democrática. En los estudios hechos en clases que participan en procesos de participación institucional con el enfoque descrito, se han observado modificaciones sustanciales en las relaciones intersujeto del grupo, con incremento de la integración de sujetos periféricos o aislados. Con edades entre 10 y 14 años, resulta sencillo trabajar en la formulación de propuestas propias, el intercambio de ideas y la construcción proyectos comunes.
Un diseño de la intervención con el grupo escolar orientado a la inclusión y con perspectiva de género puede reducir sensiblemente la fragmentación del grupo que se da por inercia cultural entre niños y niñas, facilitando una deliberación más integradora. Nuestros estudios indican que con antelaciones a los procesos de participación, los varones muestran niveles de empoderamiento psicológico más elevados que los de ellas. La participación política y la capacidad de decisión eleva sustancialmente el empoderamiento de todo el grupo, pero especialmente el de las chicas que se equipara con el de sus compañeros.
Los grupos de NNA que participan en la política local incrementan sus conocimientos sobre la administración y su funcionamiento, se sienten más capaces de cambiar su realidad y confían más en que serán escuchados para poder influir. Se genera así un círculo virtuoso de fortalecimiento del grupo, con mayor integración de sus componentes, que además se acrecienta con el tiempo al implicarle en nuevos procesos deliberativos.
Como se ha señalado, el hecho de que la administración pública ponga en marcha los procedimientos necesarios para escuchar las voces de la población más joven es siempre un avance en la inclusión democrática. Además, la adopción de diseños metodológicos específicos que se fundamentan en la conformación de grupos aleatorios y dinámicas integradoras con enfoque de género, puede multiplicar el potencial inclusivo de la participación institucional. El hecho de que la población más joven se concentre en instituciones escolares hace que estas metodologías sean mucho más fáciles de aplicar que con la población adulta.
Los grupos de composición aleatoria que participan de estos procesos generan dinámicas internas inclusivas e igualitarias, incrementan la confianza en su capacidad de intervenir en lo colectivo, todos ellos aspectos que mejoran la convivencia democrática. Estamos ante un proceso de pedagogía ciudadana cuyos resultados son visiblemente mejores que los que comúnmente observamos entre la población adulta, lo que debe llevarnos a profundizar en las reflexiones (desde Tonucci hasta la Nueva Agenda Urbana) que vinculan la calidad de la convivencia, la seguridad y la democracia con el mayor protagonismo de niñas, niños y adolescentes en nuestras sociedades.
Nota: Este texto se presentó como ponencia en el 3er Foro Mundial de Ciudades y Territorios de Paz auspiciado por la Ciudad de México. Plenaria virtual Juventudes en la construcción de justicia y paz celebrado el 6 de octubre de 2020.
Fortalecer la democracia es una tarea urgente para la que necesitamos sumar fuerzas. Coglobal pone toda su energía en impulsar la transición hacia una democracia más participativa, experimentando con prácticas de participación en busca de fórmulas eficientes y replicables, poniendo el foco en la inclusión de los sectores de población tradicionalmente excluidos de las decisiones políticas. ¡Colabora para hacerlo posible!
Andrés Falck septiembre 4th, 2020
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El próximo martes 28 de julio tendrá lugar el webinario «Infancia y juventud en la democracia local. Diálogos ibéricos sobre la participación infantojuvenil en la gobernanza local en el escenario Covid-19».
Este webinario se plantea como un espacio para dialogar en torno a la Participación Local Infantojuvenil y la nueva realidad que se plantea tras la crisis sanitaria del COVID-19.
La democracia participativa a nivel local es un fenómeno con avances y retos. Las instituciones más cercanas a la ciudadanía se han convertido en laboratorios avanzados para facilitar una participación más activa de la ciudadanía en el diagnóstico de problemas, en la identificación de oportunidades, en la formulación de políticas públicas y en el seguimiento de estas acciones.
El acceso a esta democracia participativa de la población joven se convierte en un desafío que requiere voluntad política y herramientas, metodologías, adecuadas para hacerla práctica.
COVID 19 tiene un fuerte impacto en la vida local. Tras la crisis sanitaria, y aún siendo una crisis de carácter global, la resiliencia a esta crisis tiene una gran importancia en el nivel local. Y los procesos de democracia participativa con especial incidencia en jóvenes, requieren de una nueva reflexión ante la nueva realidad generada por la pandemia.
¿Por qué es importante facilitar la participación activa de la juventud en las políticas locales? ¿qué experiencias existen que ayuden a facilitar la participación de jóvenes en presupuestos participativos? ¿Cómo combinar metodologías y herramientas que ayuden a la participación virtual y presencial?
El webinario tendrá el siguiente esquema:
PRESENTACIÓN | |
REFLEXIONES | Rita Oliveira Investigadora de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, Brasil Pilar Blanco Técnica de participación y coordinadora de los grupos de participación infantil de Save the Children España Andrés Falck Director ejecutivo de Coglobal España |
EXPERIENCIAS | Karin Pereira Cámara Municipal de Cascais, Portugal Isabel Galeote Ayuntamiento de Campillos, España Célia Antunes Cámara Municipal de Santo Tirso, Portugal Gloria Mª Gálvez Ayuntamiento de Puente Genil, España |
PREGUNTAS Y DEBATE | Antonio Carlos Zurita Moderador |
Carolina Serrano julio 22nd, 2020
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